¿Cómo sobrellevan los creyentes la pandemia del Covid-19? ¿Con qué herramientas cuentan? ¿Qué tan fuerte es la creencia? El investigador del CONICET Diego Mauro, responde estas preguntas, pasando por los memes, la ciencia y los denominados “anticuarentena”.
También, nos invita a participar de un seminario que empieza el lunes 10 de agosto.
“Las religiones lidian todo el tiempo con la incertidumbre y lo incontrolable. Construyen certezas y explicaciones, precisamente allí donde parece difícil encontrarlas o donde, por momentos, todo se tambalea” señala Diego Mauro, investigador del CONICET e integrante del ISHIR, cuya especialidad es la Historia social y política del catolicismo y la historia de la secularización.
Con respecto al papel de la religión, en este momento, Mauro agrega “Por ejemplo en las películas que retratan catástrofes: siempre hay algún personaje que, cuando el motor del avión se prende fuego, el suelo tiembla o se acerca un meteorito, comienza a rezar. Si lo miramos desde afuera, muchas veces tendemos a pensar que rezan solo, o principalmente, para evitar que el avión se estrelle o para hacer que el meteorito se desintegre, pero no siempre es así. Tenemos muchos prejuicios iluministas a la hora de comprender esos comportamientos. Es cierto que el milagro es una posibilidad latente, pero los que rezan en buena medida rezan para sobrellevar el mal momento y para buscar fuerzas que les permitan enfrentar la adversidad o volverla algo menos angustiante dándole alguna explicación. En este sentido, la lógica religiosa no cambia con la pandemia, sigue proveyendo de certezas, sentidos y contención a los fieles. Les sigue proveyendo de herramientas para hacer cosas con lo que escapa a nuestro control”.

¿Religión vs. ciencia?
Este contexto adverso y de incertidumbre de la pandemia del nuevo coronavirus ¿podría pensarse favorable para que las religiones sumen más adeptos¿ ¿puede reforzar las creencias? Diego Mauro indica al respecto: “Todavía es temprano para saber si la pandemia va a impactar de alguna manera significativa y duradera en la vitalidad de las creencias religiosas, pero difícilmente ponga en discusión el lugar de lo religioso en la vida de los fieles, como he escuchado últimamente, contraponiendo ciencia y religión de una manera muy lineal, como si se trata de mundos totalmente escindidos”.
Al respecto de la discusión ciencia y religión, Diego Mauro comenta “En las redes sociales circulan algunos memes en donde se burlan de la religión, a partir de una perspectiva bien iluminista que, a esta altura es, cuanto menos, muy ingenua, como por ejemplo, uno donde el Papa, como en un videojuego, le tira rayos de bendiciones al coronavirus que, sin darse por aludido, se mantiene en pie en actitud desafiante. La leyenda dice algo así como: “No es muy efectivo” (It´s not very effective). Hay muchísimos memes y muy divertidos, pero que fallan a la hora de entender la funcionalidad de la religión, básicamente porque las religiones se ocupan de intentar llenar o al menos tapar abismos existenciales que no tienen que ver con los problemas concretos que enfrentamos sino, en todo caso, con las preguntas difíciles que esos problemas generan. Pensemos en el caso de la pandemia: por más que tengamos una vacuna vamos a seguir muriendo y vamos a tener que seguir inventándole un sentido a nuestras vidas y al sufrimiento que nos rodea. Una vacuna no tiene nada que ver con eso”.
“Centrarse demasiado en las particularidades rituales o dogmáticas de una u otra religión confunde, porque lo central no es esa carcasa externa sino lo que la sostiene: una fe anterior en sentido lógico a las religiones y las instituciones religiosas propiamente dichas. La fe en que el mundo que habitamos tiene un sentido último, que no es un mero accidente en la historia del universo y que, por tanto, nuestras vidas forman parte de una trama trascendente, de una especie de obra a gran escala que tal vez no podamos comprender pero que existe. Y eso es lo fundamental: no tanto el argumento en sí o la comprensión de las verdades religiosas sino la creencia en su existencia” indica Mauro y añade “Desde este prisma no hay contradicción entre vacuna y cadena de oración o entre medidas sanitarias y Espíritu Santo. De hecho en nuestros días, es interesante subrayarlo, muchas de las resistencias más contundentes a los planteos médicos y científicos no provinieron de las religiones sino de discursos, digamos entre comillas “más laicos“, como los generados desde algunos de los sectores nucleados en los llamados grupos “anticuarentena” que han animado todo tipo de teorías conspirativas. Hay buenos trabajos que están apareciendo al respecto de este punto, como el escrito por Nicolás Viotti en el blog de Diversa.
Ventajas de creer y la debilidad de la fe
Trascendencia después de la muerte: las religiones tienen explicaciones y argumentos con los que los fieles cuentan y, ¿podríamos pensar que quienes creen, están en ventaja, con respecto a los que no? Diego Mauro, al respecto, señala “Es una posibilidad, una dea muy seductora. Siempre me impactó mucho el final de la película Blade Runner. En unas de las últimas escenas, Roy, el replicante (una especie de clon que está por morir) dice con resignación y tristeza: “todo se perderá como lágrimas en la lluvia”. El discurso religioso viene a decirnos que tal vez no sea así, que tal vez no todo vaya a perderse como lágrimas en la lluvia, que tal vez la muerte no sea más que un pasaje. Por supuesto no es que desparezca la idea de finitud pero en ese marco funciona de una manera diferente. Sigue estructurando la temporalidad pero se diluye la idea de un límite último e inminente y eso cambia bastante las cosas. Porque esa es otra cuestión, la muerte de la que hablamos no es algo que va a ocurrir dentro de mucho tiempo y de manera predecible, sino al revés: es inminente e impredecible. Esa es la muerte de la que hablamos cuando hablamos de religión”.
“También es importante entender, por lo que cuentan los mismos devotos, que la fe es siempre muy precaria, va y viene, se fortalece y se debilita, aparece y desaparece” indica Mauro y agrega “Cuando eso le ocurre a un creyente, las llamadas “crisis de fe”, los efectos son devastadores porque, de repente, quien vive la crisis se enfrenta con una angustia desconocida con la que no sabe cómo lidiar. Descubre, de repente, que está a la intemperie. Muchos hombres y mujeres de fe con los que he conversado dicen precisamente eso: la fe no es estática, mucho menos monolítica y firme, se construye trabajosamente y puede debilitarse y simplemente desaparecer. Con esto quiero decir, a fin de cuentas, que si bien la esperanza en un más allá puede ayudarte a pasarla mejor, por ejemplo frente a las incertidumbre de la pandemia, al mismo tiempo, la fe no es garantía de que así sea”.
Seminario sobre catolicismo
El lunes 10 de agosto comienza a desarrollarse de manera virtual el “Seminario de teoría e historia de la secularización. El anclaje local-regional” y en su primer encuentro se contará con la disertación de Julieta Gabirondo (UNR) sobre “Órdenes religiosas femeninas y constelación tercermundista. El caso de la diócesis de Rosario”. Este seminario es coordinado por Diego Mauro y María Pía Martin, ambos integrantes del ISHIR.
Como explica Diego, “el seminario va a estar más centrado en la historia social y política del catolicismo, no tanto en los aspectos antropológicos de las creencias religiosas, aunque eventualmente, como es lógico, dichas problemáticas aparecen. Con María Pía Martín lo pensamos como un espacio de discusión de investigaciones en curso y si bien vamos a empezar con trabajos que se enmarcan en un proyecto de investigación que coordinamos juntos desde varios años, la idea también es invitar a otros colegas con perspectivas distintas, más sociológicas o más antropológicas por ejemplo. Hay que entender bien que la interdisciplina cuando se estudia una institución religiosa más que una opción es una necesidad epistemológica. Lo mismo a la hora de pensar las escalas de investigación. Para entender a la Iglesia católica la mirada trasnacional es tan indispensable como la perspectiva local. Todo el tiempo es necesario cruzar niveles y articular escalas porque las religiones son muy plásticas desde abajo, al ras del suelo, y es esa plasticidad principalmente la que explica su vitalidad, pero no por ello dejan de desenvolverse en marcos de referencia muchas veces globales. O, dicho de otro modo, su universalidad es posible gracias a su capacidad de particularizarse mucho, como le gusta decir a uno de los especialistas que más saben del tema, José Casanova.
Diego Mauro, al respecto del seminario, agrega que si bien se trata de un seminario académico, la idea es que cualquier interesado o interesada pueda participar y enterarse un poco de la temática que se presenta así como, al mismo tiempo, de los entretelones de una investigación que está en curso. “Con María Pía queremos, además, que sea un espacio bien desestructurado, con muchas preguntas y mucha charla. Así que todos y todas invitados” concluye.
Quienes deseen participar del seminario, deben escribir a diegomauro@conicet.gov.ar