Cristianos ante la pandemia
Por Diego Mauro y Mariano Fabris
Pubilcado en Revista Anfibia:
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Durante la pandemia, fieles, obispos y pastores tuvieron que cambiar sus prácticas religiosas para cumplir con las medidas sanitarias. ¿Qué posiciones tomaron las cúpulas eclesiásticas frente a las medidas del gobierno? ¿Cómo se vincularon las Iglesias con la ciencia? Diego Mauro y Marino Fabris explican que la mayoría aceptó la centralidad del saber biomédico. “En ningún momento se atribuyó a Dios la llegada de la pandemia en clave de castigo o de mensaje oculto”, dicen.
Desde que empezó la pandemia vimos cientos de ingeniosos memes sobre las religiones y su impotencia para detener al virus y asegurar la protección de los fieles y creyentes. Entre los más populares: uno de Jesús con barbijo y otro de Dios usando alcohol en gel en La creación de Adán, el fresco de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. También circuló mucho el que muestra a Jesús comunicándose con sus apóstoles a través de videoconferencia. A los memes se sumaron las fake news irónicas: en septiembre se viralizó un falso comunicado del Arzobispado de Salta en el que su obispo aclaraba a sus fieles la suspensión de la habitual procesión de la Virgen del Milagro porque sólo protegía contra terremotos y no contra pandemias.
El común denominador de todas estas intervenciones fue la presunción de que las religiones –en este caso católicos y evangélicos– compiten con el saber biomédico y los criterios de validación del conocimiento científico. Un tópico clásico del discurso anticlerical del siglo XIX, momento en el que en buena medida era así. Incluso en un pasado no tan lejano todavía era frecuente escuchar a los obispos católicos pedir a la Virgen María el fin de una inundación, una peste, un terremoto y hasta la destrucción de las ideologías que supuestamente amenazaban a la Iglesia como el laicismo, el anarquismo y el comunismo.
Durante la pandemia, sin embargo, fueron muy pocos los que tuvieron alguna iniciativa de este tipo. Más bien, el discurso de las autoridades de las instituciones religiosas cristianas siguió otros carriles. ¿Qué han dicho, en concreto, los referentes de la Iglesia católica y de las asociaciones evangélicas en Argentina en estos meses? ¿Cómo se han posicionado frente al ASPO y las medidas del gobierno? ¿Qué ha pasado con las prácticas rituales y sacramentales? ¿Cómo se ha vinculado lo religioso con lo biomédico?[1]
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Ante las primeras medidas que tomó el gobierno el 14 de marzo, monseñor Alberto Bochatey señaló que frente a la pandemia estaba bien “rezarle a Jesús” pero sin por ello dejar de “confiar en la ciencia y en los médicos”. Desde Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas (ACIERA) se recalcó la total predisposición para colaborar con el gobierno. El 20 de marzo, tras el anuncio del ASPO, representantes de la cúpula eclesiástica de la Iglesia católica y de las principales asociaciones de iglesias evangélicas se reunieron con Alberto Fernández para transmitirle su apoyo a las medidas implementadas y ofrecer colaboración tanto espiritual como material. En varias diócesis los obispos, clérigos y pastores se reunieron con gobernadores e intendentes municipales, ya sea para anunciar medidas que afectaban al culto, como en el caso de Catamarca donde se suspendió el Congreso Mariano, como para coordinar acciones de asistencia social, tal el caso de los municipios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). A nivel nacional, Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) puso en marcha un relevamiento para ofrecer ayuda al gobierno y ACIERA planteó algo similar junto a una cadena de oración.
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