Un grupo de investigación del ISHIR (CONICET-UNR) llevó a cabo un trabajo de investigación y escritura de un libro recientemente publicado, que elabora un relato histórico del sindicato de La Bancaria de Rosario, desde las huelgas de 1958 hasta el presente.

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EL MARTES 11 DE ABRIL A LAS 18 horas, EN EL Espacio Cultural Universitario (ECU, San Martín 750, Rosario) SE PRESENTA EL LIBRO.
El grupo del ISHIR que escribió el libro
Andrés Carminati, Verónica Vogelmann, Laura Scoppetta, Laura Badaloni, Silvia Simonassi y Pablo Torres.

Las y los trabajadores bancarios rosarinos en la historia gremial nacional (1955-2019) es el nombre del libro que fue coordinado por la Dra. Silvia Simonassi y la Dra. Verónica Vogelmann y contempló una gran labor de investigación y escritura que se desarrolló durante más de tres años junto a los y las integrantes del ISHIR, la Dra. Laura Badaloni, CPA del CONICET, el Dr. Andrés Carminati, investigador UNR y el Prof. Pablo Torres, becario del CONICET. También formó parte del equipo de investigación la Prof. Laura Scoppetta, perteneciente al IECH (CONICET-UNR). El libro fue editado en conjunto por el ISHIR y la Seccional Rosario de la Asociación Bancaria.

Primeros contactos, investigación y pandemia

La idea de escribir este libro surgió a través de un pedido que Luis Ortega, desde La Asociación Bancaria, le hace en el mes de diciembre del 2018 a quien ese momento era la directora del ISHIR, la Dra. Marta Bonaudo. Ortega buscaba especialistas en investigación historiográfica para escribir la historia de la Lista Naranja, que hace varias décadas está al frente de la seccional local del sector bancario. “Luego de varias reuniones y conversaciones pudimos llegar a un acuerdo para llevar a cabo dos procesos, por un lado, trabajar en la elaboración de la historia de la bancaria, extendiendo el período desde 1958 hasta el año 2019, que fue el momento que nos convocan y por otro lado hacer una tarea de digitalización de las fuentes que nos fueron proporcionando, a partir de un STAN del CONICET” comienza a relatar la Dra. Vogelmann.

“La decisión de empezar a narrar la historia desde finales de la década de 1950, contemplando las emblemáticas huelgas de 1958 y 1959, tenía que ver con tener un margen para ahondar en valoraciones más críticas ya que queríamos hacer una historia sindical donde pudiéramos bucear en ciertas contradicciones que se dan en todas las instituciones, en las distintas listas, líneas y pensar lo gremial no solamente desde la perspectiva de las direcciones sindicales sino también considerando las organizaciones en los lugares de trabajo y la manifestación de diversas fuerzas políticas sindicales que durante muchos años estuvieron en pugna. Ese recorrido histórico nos permitió valorar la experiencia reciente, que, al calor de todas esas disputas previas, cobraba sentido. Ellos estuvieron de acuerdo” señala Vogelmann y la Dra. Simonassi agrega: “Entendieron que no iba a ser una historia apologética de la Lista Naranja, sino que íbamos a dar cuenta de una historia de las bancarias y los bancarios, decimos “una historia” y no “la historia”, porque la llevamos a cabo desde una perspectiva anclada en una concepción de la historia social que no entiende a la acción sindical como producto del accionar de los dirigentes sino en donde también intervienen bancarias y bancarios, en una perspectiva histórica donde el presente de la Lista Naranja se explica y se nutre de tradiciones”.

Al comienzo del trabajo los y las investigadoras se encontraron con que la preservación de los archivos era limitada o casi inexistente. Trabajaron durante todo el año 2019 en una oficina del subsuelo de La Bancaria y las personas comenzaron a depositar una abultada cantidad de material documental y gráfico. En total se digitalizaron 32 biblioratos. Además, comenzaron a realizar entrevistas a la primera generación que participó de las huelgas del 58 y 59, también a Matías Layus y a Luis Ortega, que pertenecen a la segunda generación. Fue sustancial el aporte y la colaboración que brindaron para todo el trabajo de estudio e indagación de rastros históricos Matías Layús, Luis Ortega, Analía Ratner, Javier Jolly entre tantos y tantas bancarias que se pusieron a disposición.

“Como todas las organizaciones sindicales no hay un archivo que arranque en la fundación, entonces todo el resto lo tuvimos que construir, desde el 84 para atrás” indica la Dra. Simonassi y la Dra. Laura Badaloni agrega “La dificultad mayor fue que no había materiales de fuentes que refirieran a los procesos anteriores. Para empezar a trabajar con las huelgas del 58/59 hicimos una serie de entrevistas con los militantes que habían sido los protagonistas en ese momento y fuimos a ver la prensa de la época. Empezamos a visitar los archivos donde estaban los diarios La Capital y la Tribuna y después nos agarró la pandemia, con lo cual se restringió el acceso tanto a los archivos como a la Bancaria. Todo el proceso de construcción del libro estuvo cruzado por la pandemia”.

Las partes del libro

“Para el periodo 66-83 era muy poco lo que había escrito y en la historia regional apenas se nombraba a los bancarios como uno de los gremios que había participado en ese proceso de radicalización, resistencia, qué había pasado con bancarios en la dictadura. A medida que se iba desarrollando la pandemia empezamos a hacer entrevistas virtuales, cuando conseguíamos el teléfono de algún trabajador o trabajadora bancaria jubilada y esa memoria nos servía para orientar la búsqueda en la hemeroteca, que logramos tramitar a principios del 2021 con protocolo” indica Pablo Torres.

“Para seguir reconstruyendo la historia viajamos con Pablo Torres a Santa Fe, al Archivo Provincial de la Memoria, donde conservan material de la Dirección de Informaciones de la Policía de Santa Fe que a nosotros nos servía porque la policía hacía caracterizaciones de los sindicatos, de los activistas, de las movilizaciones, entonces podía ser una vía de entrada para ver que aparecía de los bancarios. Estos datos fueron útiles para obtener información de algunos conflictos, paros, en Rosario y también en la ciudad de Santa Fe, que si bien son seccionales distintas nosotros los incluimos en el periodo del 73/75 porque nos permitía reconstruir un poco la conflictividad y la dinámica de los bancarios” relata Laura Scoppetta.

Andrés Carminati señala “Trabajé el período de la dictadura y para eso tomé dos núcleos, el represivo y otro intentando ver qué acciones de resistencia o acciones gremiales habían sucedido durante la dictadura o la intervención. A nivel general la dictadura tuvo fuertes impactos sobre la clase trabajadora y las condiciones de trabajo de los bancarios: se efectuaron despidos, cambios de horarios, eliminación del día del bancario, toda una serie de medidas anti sindicales y anti laborales”. “En toda La Bancaria nacional hay 180 desaparecidos, en particular yo busqué información sobre las y los desaparecidos de Rosario y abordé además el trabajo que la misma bancaria había hecho en relación a la labor de memoria, que tenía una larga trayectoria. En 1986, al cumplirse una década de la dictadura, la Bancaria hizo un paro de cinco minutos el 24 de marzo y además fueron a la marcha” explica Carminati.

“Cuando se trabaja con desaparecidos surge el tema de que la desaparición también es la desaparición de sus historias personales. Cuando se quieren trabajar esos temas, cuando nos proponemos saber quiénes eran, qué hacían, en qué condiciones fueron secuestrados, es muy difícil. Había hecho trabajos de dictadura, pero no biográficos y fue bastante movilizador”.

Banco y Género

La primera parte del libro también aborda la cuestión de género, teniendo en cuenta la presencia de bancarias y el trabajo que ellas llevaban a cabo. “Hoy hay una Secretaria General mujer, Analía Ratner, que es la primera electa como tal y va por su segundo periodo. En la tercera parte del recuperamos cómo esta historia, que muestra mujeres súper empoderadas, se relaciona con la contada presencia de mujeres, incluso en la apertura democrática. En el primer periodo post dictadura se inaugura la Secretaría de la Mujer. También hay una política no solo de derechos humanos, sino también de género en la Bancaria Rosario desde el 84” indica Simonassi.

Primera etapa

En 1958 se lleva a cabo una huelga para reclamar por los bajos sueldos que percibían desde el sector bancario, en un contexto inflacionario. “Si bien fue triunfante, fue una huelga muy dura porque los trabajadores fueron reprimidos y movilizados militarmente” señala Badaloni y explica “El ciclo de huelgas también significó para muchos de los bancarios un cambio, un quiebre, en su autopercepción, empezaron a reconocerse formando parte del colectivo de trabajadores. Hasta ese momento había una idea general de que eran sectores medios, por los ingresos o la forma que tenían que ir vestidos a trabajar o como los trataba la patronal”.

Trabajadores bancarios detenidos en el Regimiento 11 en el marco de la huelga del 58. 

“No hablamos de derrota” señala Vogelmann con respecto al tratamiento que les dan a las huelgas del 59 y a la del `90 realizada en contra la privatización del Banco de Santa Fe. “Para nosotros fue muy importante poder pensar en la continuidad de la dinámica de organización, por eso no hablamos de derrota, porque paradójicamente fueron dos huelgas fuertísimas en la que los trabajadores no salen victoriosos en sus reclamos, pero son recuperadas en el proceso de construcción de la tradición de lucha del gremio, se hacen eventos políticos sindicales donde se recuerdan las dos huelgas y eso tiene que ver con identificar cómo la lucha que dieron sobrevivió y entrama la dinámica actual de la organización gremial. Por eso para nosotros fue un desafío poder interpretar eso y mirar a largo plazo nos permitió ver cómo estos actores están construyendo su propia vida sindical, en base a qué discursos, a qué recursos” acentúa la investigadora.

La historia más reciente

La última parte del libro trata de diversos hechos históricos. “Es un momento de varias transformaciones, acontece el menemismo, el 2001, el corralito. Es muy emotivo escuchar cómo ellos cuentan que estaban en riesgo, relatos de mujeres que se les subían arriba de los escritorios, que no podían irse con ropa de bancarios o bancarias para pasar desapercibidos, que tuvieron que enchapar los frentes. También abordamos la dinámica de la extranjerización y de la concentración. Hace poco conmemoraron lo que nosotros, tomando de un titular de un diario, llamamos el “Mayo francés”, cuando el banco Crédit Agricole se va del país y deja a todos los trabajadores bancarios en la calle, luego los recupera el Banco Nación y es un proceso de lucha impresionante que después deviene en el Grupo Macro. Tomamos ahí la experiencia, que es un camino que va de la banca cooperativa al gran capital transnacional y al gran capital privado nacional como es hoy el Grupo Macro” relata Simonassi.

“El sindicato se llama Asociación bancaria y los trabajadores le agregaron debajo nuestro sindicato para mostrar que forman parte de la clase trabajadora. Había una foto que tenía en el fondo de pantalla la computadora que nos dio la bancaria para trabajar, a primera vista no parece que sea una lucha bancaria, pero sí, se trataba de la lucha contra la privatización del 7 de marzo de 1996. Cuando Laura Badaloni decía que a partir de las huelgas del 58-59 hubo un cambio en la autopercepción de los bancarios como trabajadores y no como clase media, tiene que ver con que adoptan métodos de la clase trabajadoras y esa foto es un claro ejemplo de eso” concluye Simonassi.

 

 

Ana Paradiso
(ISHIR, CONICET-UNR).